No son solo los 265 HP los que hacen del 3.0 litros de BMW una pieza tan especial. Algo más particualr es esta mecánica, es su configuración exclusiva en el mercado. Siendo el único seis en línea en su segmento, está concebido casi a la perfección para entregar un excelente funcionamiento. A 3,000 rpm es tan suave como la seda pero con un notable brío, tan sólo un poco más de fuerza sobre el acelerador hace que su estructura de magnesio eleve la aguja del tacómetro hasta la línea rojas de las 7,000 revoluciones y como consecuencia que el conductor vuele a 250 km/h.
El consumo de combustible pone final al bóxer del Cayman, pues a pesar de que la planta de poder de BMW pesa 15 kg más por el sistema Valvetronic y esté apenas 20 HP por arriba, gasta aproximadamente un litro menos de gasolina por cada 100 km recorridos en comparación con el bóxer de un Porsche.
