Es el rubro que más ha crecido. Los deportivos de hace 25 años tenían en su mecánica promedio entre 200 y 300 caballos de fuerza, con lo que hacían las delicias de los que teníamos un compacto o mediano que sí acaso rendía entre 80 y 140 caballos, en el mejor de los casos. Los motores de cuatro cilindros en los coches normales tenían un árbol de levas a la cabeza y dos válvulas por cilindro, mientras que los deportivos estrenaban cabezas multiválvula y doble árbol. A finales de los años ochenta y durante los noventa surgió la necesidad de extraer más potencia de un motor más pequeño, lo que dio origen al downsizing tanto famoso hoy en día. Comenzaron a llegar los turbo, aunque los grandes desplazamientos seguían dominando.