Cuando un coche empieza a ser interesante es definitivamente cuando comienza a rebasar los 130 y 140 HP. Sabemos que la potencia no lo es todo, pero es que uno con menos caballaje es difícil que se mueva con soltura y casi seguramente será poco emotivo. Ahora bien, autos que oscilan los 200 caballos prácticamente ya no tienen peros, salvo el precio que ya está muy arriba. Por eso existen gran cantidad de marcas y modelos que están justamente a la mitad de este dilema.
Algunos son más serios, otros más deportivos, unos más familiares, pero todos rondan los 150 caballos, una cifra que ya ofrece buenas prestaciones y que se encuentran en un precio accesible a cualquier bolsillo. Estos modelos suelen ser juveniles, que no están en lo más alto de la pirámide, pero que tampoco comprometen financieramente los bolsillo de sus futuros usuarios.